martes, 27 de abril de 2010

APASIONADO DEL MULCHING VEGETAL

Sí, eso es lo que soy: Un apasionado del mulching o acolchado vegetal. La verdad, es que difícilmente me resisto a no aprovechar los desechos que produce el jardín. Esta pasión que me lleva a convertir en trocitos no sé cuántos kilos o metros cúbicos de hojas, ramas, flores y frutos no comestibles, al mes, nace de una convicción eco-metafísica (si entendemos "metafísica" como aquello que no se ve a simple vista, aquello que está más allá de la simple experiencia de lo material). Desde esta perspectiva, los desechos vegetales no son basura, sino un valioso tesoro energético que, además, puede convertirse en arte. No es, no debe ser, el interior de una bolsa de plástico, el destino final de todo lo que obtenemos de las plantas, en una jornada de jardinería. El destino final es, debe ser, la tierra. Esa misma tierra que las sostiene y alimenta.

Todos los nutrientes que la planta asimila de la tierra, se convierten en ramas, hojas, corteza, flores y frutos. Tarde o temprano, esas ramas, hojas, corteza, flores y frutos, con su porción de elementos nutritivos, deberá retornar a la tierra, para devolverle lo que la planta madre le ha tomado. Cuando esos restos vegetales no llegan al suelo, simplemente la tierra pierde la oportunidad de enriquecerse y, como consecuencia, la planta pierde un caudal de nutrientes. Si a un jardín sistemáticamente le privamos de desechos vegetales, progresivamente lo empobreceremos. ¡Claro!, siempre queda la alternativa de añadir fertilizantes, acotará alguno. Sí, pero esto cuesta dinero y no siempre -en el caso de los productos químicos- se revierte la depauperación del suelo. Además, no son sólo los nutrientes, sino los hongos y bacterias que son benéficos para las plantas y se alimentan de este acolchado, y la materia orgánica que estos desechos vegetales, una vez reducidos, aportan al suelo, dándole a éste una conformación saludable.

Por todas estas razones, no pierdo ocasión para fabricar mi propio acolchado, que, además, conserva la humedad y mantiene a raya a las especies vegetales invasoras del jardín. En tal sentido, por ejemplo, durante la última temporada de sequía (no del todo superada), los jardines que mejor han resistido las largas temporadas sin riego, son aquellos que tienen una capa de mulching.

El acolchado es una manera de darle uso a los restos vegetales. Otra es el compostaje, pero esto (el compostaje) merece un artículo aparte.

¿Cuántas bolsas de plástico se ahorraría el ambiente si todos los restos vegetales se reutilizaran? Y no se necesitan complicadas y caras tecnologías para hacerlo (re-usarlo). Los jardineros desde hace siglos reutilizan estos excedentes... Y la naturaleza, muy eficientemente, desde hace milenios.

No es una pintura contemporánea, sino las ramas de una cheflera, tumbada por un vendaval, cortadas en trocitos y usadas como acolchado en un diseño paisajístico
(a la foto se le dio un efecto de dibujo)


Mulching de grama cortada

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1 comentario:

Anónimo dijo...

¡GRACIAS JARDINERIA... grandioso artículo. Ideas innovadoras y además decorativas para los jardines!

Mary Mejías