miércoles, 6 de agosto de 2008

La Flor en el Concreto


En realidad, la flor de este capacho silvestre (y el capacho mismo) no está exactamente "en el concreto", sino en una jardinera justo al frente de esa rampa. El conjunto pertenece al Dispensario "San Alfonso María de Ligorio", en el Paraíso. Allí, hace más de un año, comenzó mi "carrera" de jardinero paisajista. Pero volviendo al tema; esta canna indica (caña de la india, así se le denomina científicamente) silvestre, abundantísima en nuestra cordillera de la costa, también ha colonizado, por su cuenta, las espaciadas y fracturadas áreas verdes de nuestra gran ciudad de concreto y asfalto. Su flor no es tan grande como la de su pariente, la canna asiática (también bastante extendida en los jardines y en los campos de nuestro país) pero no por ello deja de tener su particular encanto. Pero volvamos a lo de "la flor en el concreto". Sí, una flor en (porque a veces las plantas se aprovechan de las grietas del concreto para radicarse), por encima, o al lado del concreto, siempre es un símbolo de esperanza... o de revancha. La revancha de la naturaleza, o de los vivientes, frente al progreso de lo artificial. Habrá quien piense, que no es más que una imagen que significa a la naturaleza oprimida u obligada a una adaptación sin más sentido que el capricho humano; sin embargo, es importante distinguir esa intervención humana -nos guste o no- como parte de la vida misma de este planeta. Considero, que a pesar de los pesares, la vida tiene insospechados recursos para adaptarse, sobrevivir y vencer. En tal sentido, en estos años he aprendido, que la jardinería -de cara a la vida silvestre- es una valiosa inversión y, en buena parte, es lo que mantiene ese tenue hilo de unión del hombre con la naturaleza. En otros artículos ahondaremos sobre este tema.

Argenis Ramos, jardinero paisajista


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