jueves, 12 de agosto de 2010

UN DÍA DURO PERO GRATIFICANTE

Fue una de esas intensas jornadas de jardinería, casi sin pausa: Limpieza de las orillas (es una residencia y de los pisos superiores "llueve" toda clase de desperdicios, que se suman a las ramas secas de las chamaedoreas seifrizii, mejor conocidas como palmas bambú), desmalezamiento intensivo (arrancado de raíz), empaquetado de los desechos, poda de la grama con ensayo de una nueva técnica para producir mulching o acolchado y ahorrarme la rastrillada de lo cortado, mientras agrego material potencialmente nutritivo para las mismas cespitáceas (el ensayo resultó exitoso), orillamiento, poda de la wedelia (especialmente, de la que había invadido atrevidamente el área de las tradescantias spathacea), siembra de abundantes tallitos de la misma wedelia, en áreas que me interesa cubrir, riego generoso. En el otro jardín de grama, la misma "receta", con la diferencia que en éste recogí recortes un poco más grandes y los utilicé como acolchado para la base de unas datileras "enanas" (Phoenix roebelenii), además, sembré en tierra firme unos singonios, que alguien abandonó en sus macetas rectangulares. Recogida de las herramientas y contemplación de la "metamorfosis".

Un día duro pero gratificante, sobretodo porque es un jardín que ha sido moldeado a "pulso", sin que hubiese habido una inversión especial. Así, que la recuperación de este jardín se ha realizado a fuerza de "reinvertir" todo el "capital" de las podas en él. Y los resultados: La sobrevivencia de la grama a la última gran sequía y el fortalecimiento de las "colonias" de arbustos ( Pseuderanthemum), que a mi llegada presentaban signos de debilitamiento, así como un aspecto general saludable y armónico.

Finalmente, contemplar y gozar: El jardín, al caer de la tarde, te regala los más hermosos matices... Con una llovizna incluida, que te hidrata con la mejor de las aguas, el gramado podado. Mejor, por oportuno, imposible.

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