A unas cuantas horas de la entrega de los premios Oscar, no quiero esperar más para escribir sobre la revelación de finales del año pasado (2009) e inicio de éste (2010). Me refiero a "Avatar".
Desde que vi los trailers, semanas antes del estreno, en Caracas, quedé fascinado: ¡Era una historia épica -de mis favoritas- con héroes, batallas y princesas (porque Neytiri, es una princesa)! El 21 de diciembre -en el marco del estreno mundial- me fui a verla, y la verdad verdad, me impactó, más que eso, me cautivó. ¡Qué fotografía, qué secuencia de imágenes, qué criaturas más ingeniosas! ¡Era casi imposible distinguir entre las imágenes fabricadas virtualmente, los actores de carne y hueso, y los paisajes (salvo el árbol de la sabiduría, que parecía fabricado con lucecitas de Navidad embutidas)! ¡Realmente, hermosa, fabulosa!
Nisiquiera la acusación de que la historia de "Avatar" es un plagio de "Call Me Joe", que, a mi entender, es razonable (me leí un resumen de "Call Me Joe" en inglés, y el parecido con la trama de Cameron es sorprendente), le resta méritos a la puesta en escena de la leyenda Navi.
Hemos de tomar en cuenta, antes de iniciar cualquier juicio, que la producción de Cameron se ubica en la línea de la ciencia ficción. Ciertamente, las ideas que maneja en el área de la genética son bastante confusas, por no decir erróneas: Cuerpos híbridos, de la especie navi, construidos con material genético navi-humano, que luego "conectarán" con una "mente" humana, ciertamente deja fuera de juego a la unicidad genética de las especies, en cuanto especies (que no admite cruces de especies distintas), y (en el ámbito filosófico) al alma como principio de vida (cómo podría conectar un alma personal, con un cuerpo extraño. A menos que, incluso el alma, sea absolutamente material). Pero, insistimos, es ciencia ficción. Y, en tal sentido, posiblemente sea buscarle las "cinco patas al gato".
Otra, cuestión, que ya hemos abordado en otros escritos, es la tendencia, a nuestro parecer, desproporcionada, de endiosar a las realidades naturales. En la cinta, nos encontramos con una naturaleza "inteligente", a la que se le ora, y que, incluso, coordina un ataque masivo. Sin embargo, no es precisamente este aspecto el que nos ocupa en estas líneas.
Lo que realmente me resultó contrastante entre la película y el trasfondo ecologista, que se le pretendió dar, fue el hálito consumista que empecé a notar, ya desde el mismo día en que fui a la proyección. Ese día, a mi lado, se sentó un niño, como de siete años, que prendía y apagaba "algo". Al rato, me di cuenta, que era... ¡Un pequeño "Jake-Avatar"! Le pregunté qué dónde lo había conseguido, y me dijo: "En Mc Donald's". Después de ese día, vi que, en efecto, dicha franquicia tenía una promoción, con varias figuras de la película. Luego, me interesé en investigar más acerca de los detalles que rodeaban a "Avatar". Mientras hacía esto, la prensa, casi a diario, no dejaba de ensalzar los récords de taquilla de "Avatar" (para esta fecha, ya ha recaudado 2.551.060,068 dólares) Sin embargo, esto es comprensible. Nadie se embarca en un proyecto económico, para no obtener ganancias, más aún, si producir la película costó 237 millones de dólares. Aunque, como se puede observar, las ganancias superaron con creces milmillonarias lo invertido.
Los productores de "Avatar", se gastaron 150 millones de dólares en marketing. Desde esta perspectiva, una de las noticias pre-estreno, fue que los productores de la ecológica "Avatar", en otros países, hicieron circular un promocional televisivo dirigido a los más chicos de la familia. Para ello le dieron "a la cinta una imagen mucho más amigable, esperando obviamente que los espectadores potenciales lleven (llevaran) a sus hijos" (por cierto, considero, que ciertas escenas de crueldad en la película no son convenientes para los chiquillos). Es, a esta altura, cuando uno se pregunta -viendo toda esta artillería publicitaria, para una película, que de por sí, lucía muy atractiva para el público- ¿no es esto estimular el consumismo? ¿No fue precisamente el anticonsumismo una de las banderas enarboladas por los productores de este filme? Para ninguno es un secreto que el consumismo es el hermano gemelo de la destrucción ambiental y de la biodiversidad. A más consumo, más destrucción del medio, de la flora y de la fauna. Ciertamente, la película desarrolla una idea, digamos, ecologista, pero igualmente desarrolla una agresiva campaña publicitaria multimillonaria para estimular el consumo, ¡su consumo! De este modo, se reafirma una actitud negativa ya por demás arraigada en nuestra sociedad: La actitud consumista.
Insisto, nadie invierte más de 200 millones de dólares, para ganar dos lochas. Pero, a mi entender, la inversión en publicidad, dejo bien claro, una de dos cosas (o ambas): O que querían romper un récord en taquilla, o que deseaban multiplicar generosamente las ganancias frente a lo invertido, lo que puede entenderse como (o más bien es) un afán de lucro basado en el incentivo del consumo.
No me extraña, en lo porvenir, ver a todos los personajes, criaturas y máquinas, de "Avatar", reproducidos en juguetes, al igual que los de "Guerra de las Galaxias" (lo que no dejará de ser divertido para los niños y apasionante para los fans-coleccionistas, que seguro, ya se están organizando en clubes). Y ni que decir de comiquitas, calcomanías y pare Ud. de contar. Con la diferencia, que la saga de George Lucas, nunca pretendió erigirse como un modelo ambientalista y, por tanto, anticonsumista.
Por lo pronto, esperaremos el previsible arrase de "Avatar" en la Gala del Oscar y la continuación de esta historia épica, que como dice su autor, posiblemente se llamará Navi.
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