Después de dos años, uno de los varios hippeastrum sp. (amarilis) de mi vivero ha floreado espectacularmente. Es uno de flores blancas que había "perdido" (ocurre que después que florean, si uno no le hace seguimiento, se termina olvidando cuál es cuál). He de reconocer, que, a pesar de brindarme tantas satisfacciones con sus exhuberantes floraciones, no he sido cuidadoso con las amarilis de mi vivero. Esto, por darle más espacio a otras plantas con mayor posibilidad de salida. Ahora mismo, tengo varios bulbos "reposando" desde hace dos meses, a la espera de una maceta, tierra abonada y poco más de 15 centímetros cuadrados en alguna de las graderías del vivero. Pero no todos fueron puestos en reposo. Es el caso de este solitario ejemplar, realmente olvidado, que fue "redescubierto" por mí hace cuatro semanas. Al reordenar las plantas, me di cuenta que venía en camino el escapo floral (el tallo o vara hueca en la que se produce la floración), y lo puse a la vista. Lo cierto, es que a finales de la semana pasada (última de mayo) ya los capullos estabán listos para "reventar". Lo demás se lo dejo a las fotos. ¡Ah!, y a partir de esta temporada, estoy decidido a que los hippeastrum recuperen su espacio, bien ganado, en el vivero.
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