A un lector detallista, posiblemente le parezca erróneo el título, porque, en jardinería, no existe "la herramienta" como tal, sino un conjunto muy amplio de herramientas que se complementan unas con otras. Sin embargo, el título vale, y, ciertamente, hay una "herramienta", que es anterior a todas, y que, además, ha sido, a lo largo de toda la historia de la jardinería, la forjadora de incontables herramientas y ella misma ha sido herramienta: Ha cavado, ha arado, rastrillado, desmalezado y tantas cosas más.
Nuestras manos
Cuántas veces, como herramientas vivas y pacientes (que sienten), han tomado el lugar de la madera y el acero, para darle nueva vida a la huerta o al jardín. Mucho antes de aprender, que el uso de guantes no era una señal de debilidad o una extravagancia, nuestras manos sufrieron laceraciones, peladuras dolorosísimas, picaduras de insectos (los bachacos negros son expertos en atenazar y causar dolor con gran eficacia), cortes, golpes, machacaduras y rasgaduras, entre otros. Y, con todo haber aprendido la lección del uso de guantes, no siempre se pueden usar; sobretodo si el trabajo necesita de un agarre fino y efectivo (en mi caso, la eliminación de hierbas invasoras); y, entonces, siempre nuestras manos se exponen a alguna de estas lastimaduras.
Sin honores
Cuando empezaba a idear este tema, busqué en los archivos personales fotos de mis manos y ¡sólo conseguí ésta donde aparece la izquierda y nisiquiera completa! Generalmente, cuando tomo fotos, en las que tengo que sostener algo con ellas, trato que no salgan, para que no le resten atención a lo que procuro mostrar. Y, sin embargo, han sido ellas la que han preparado el terreno en el que cuajaron las flores y los frutos, las que han esquejado los tronquitos que luego retoñan (como es el caso de la tibouchina de la foto de arriba), han regado, limpiado, podado... y finalmente, ¡casi ni una foto de ellas! Por eso, quise dedicarle el número de octubre a estas incansables trabajadoras.
¿Y la derecha?
Ya para terminar, me acordé de esta otra foto que tomé hace algún tiempo en una zona montañosa, al oeste del Estado Vargas (Venezuela). Es una pequeña Carludovico palmata (jipijapa), que estaba entre las grandes peñas de una quebrada. Pero nuevamente es la mano izquierda. ¡Ja! La derecha siempre es la que toma la foto. Así, que su oficio va mucho más allá de los terrones del jardín. ¡Tomando fotografías también se "hace" jardinería. Gracias a Dios por nuestras manos.
Si deseas hacer algún comentario, sólo tienes que pinchar sobre la palabra "comentarios", que aparece más abajo y seguir las instrucciones. Gracias.
1 comentario:
La naturaleza, es una obra compleja pero fascinante, obra que Dios nos regaló. En este mundo hay personas que por oficio se dedican especialmente a una tarea, por ello tenemos muchas cosas a nuestro alcance. En el caso de un jardinero, especialmente en tu caso, fuiste encargado a extender y fortalecer esta obra natural (todo lo que tiene que ver con plantas y su cuidados)... Pues bien, felicito esta hermosa tarea, que aunque es dura de realizar, nos lleva, a todos los que vivimos al rededor de ella, a un ambiente fresco y una tranquilidad con tan solo mirarla...
Gracias
Publicar un comentario