sábado, 18 de junio de 2011

SAFARI CARACAS & VARGAS

En ocasiones, cuando tengo que visitar un nuevo jardín, para iniciar un proyecto, me llevo la cámara. A veces, hay una que otra oportunidad, en medio de las rutinarias colas vehiculares, o en algún jardín al que le hago mantenimiento, para fotografiar la fauna del otrora "Valle de Caracas", que forzosamente se ha adaptado a la vida urbana. Todo se resuelve en unos pocos segundos. Los suficientes, para evitar que el conductor del carro de atrás empiece a meterme apuro con su corneta. Sin embargo, también debido a este apuro cotidiano, uno se priva de conseguir imágenes privilegiadas (como la de una garza, que justo a mi lado, con un veloz picotazo, atrapó un verdín (lagartija) y se lo engulló. Cierto que le tomé la foto, pero no cuando el pequeño reptil se retorcía en su pico antes de ser comido). Como de costumbre, debo elegir entre reír o llorar por lo que veo. Y aunque siempre procuro ver el lado bueno de las cosas, no deja de pegarme ver a las blancas garcitas en medio de las islas de basura en el Güaire, u otras muchas situaciones parecidas. Pero la vida -en este caso la vida silvestre- no se deja atrincherar, es el caso de las grandes y bulliciosas colonias de loros y guacamayas, las mismas poblaciones de garzas y las guacharacas de las zonas más pobladas. Abajo les dejo algunos testimonios de esta sobrevivencia esperanzadora.

Una juguetona ardilla


Esta guacharaca no será más que el preludio de una pequeña invasión de guacharacas, a las que no les importó para nada que yo trabajase cerca de allí


Garza a la vista...


Pues, allí donde la ven, está a punto de zamparse a una desprevenida lagartija


No son precisamente los esteros de Camaguán
(aunque estos últimos, hoy día sufren una seria amenaza)


Esta es una garza muy grande (Ardea alba), la foto fue tomada entre Punta de Mulatos y Guanape, en el Edo. Vargas. Al lado, un zamuro


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